
Cualquiera hubiera pensado que simplemente estaba invisible. Sencillo: su cuerpo no se veía, pero sus pisadas sí. Un fantasma quizá, de vacaciones en la playa. Pero no, más bien el cuerpo estaba extraviado con todo y sus pensamientos; las pisadas iban para un lado, las reflexiones por el otro. Aquel ser estaba partido en dos. Las huellas pedían un descanso y por eso escogieron un paradisiaco lugar, el resto de la persona había decidido permanecer en el espacio, ese en el que se flota y como no hay gravedad no se sabe si se está arriba o abajo, los días son más cortos y el paisaje es fascinante pero extraño. Partido en dos, porque no hay un consenso, ¿mejor tener los pies en la tierra –o en la arena acolchada con besos de agua caliente– o el cuerpo en flotación con todo y cerebro desorientado –frío insoportable, viento solar, presión extrema, temor?
1 comentario:
Que lastima que ya no escribas en tu blog, eres bueno y dices cosas muy interesantes, aunque creo que tienes alguna obsecion por el sexo y otras cosas que se ve as hecho....- hojalá vuelvas a escrfibir para seguirte leyendo, le e hecho ccontodo lo quew as escrito--------
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