viernes, 14 de septiembre de 2007

Butaca de piedra


Desde aquella noche me ha fascinado su encanto. El café frío, sin vaho, me hace disfrutar más aquella sonrisa. La vi en un periódico que encontré y por eso ahora hablo solo, la gente dice que estoy loco. Yo no soy hombre de películas, prefiero mirar desde mi butaca de cemento, las palomitas son de verdad no de maíz. Lo sé, tal vez ella nunca quiera tomarme del brazo para que caminemos ni me deje abrazarla por la cintura, pasar mis dedos por sus mejillas, tocar sus aretes de piedras, mirarme a los ojos o que le preste mi abrigo si siente frío. Me basta que exista. Además, tengo la esperanza de que algún día pase por aquí y la invite a sentarse conmigo para buscar estrellas cuando comience a anochecer. Al final, aunque los mundos parecen distintos, estamos en el mismo planeta. No la voy a buscar, todavía tengo el periódico.

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