martes, 18 de septiembre de 2007

No te vuelvas a ir


Sabes que te deseo, a la distancia mi aliento ha fluido por tu cuerpo para caer en gotas de sudor. Nuestras bocas dispuestas ya no reconocen sus sabores, pienso que la tuya guarda nuevos secretos. Estás en algún lugar de mi memoria –recorrí sus pasillos en una tarde de lluvia y pozole verde, así te encontré– pero no te puedo tocar, eso me hace reír aunque termino por dudar, acompañado por una lágrima con sabor a tequila, si te conocí. Y a ti te divierte aunque finges tener frío insinuando que te abrace. Lo sé cuando cierro los ojos y me asomo a los tuyos en intentos fallidos por saber para quién es la música de tu corazón, porque no es la nuestra. Quisiera bailar el ritmo cadencioso que tú conoces alrededor de tu ombligo, volver a esos pechos que escondes y mojarme con tu sexo como cuando... Tal vez no hayas sido verdad, o yo mismo sólo sea una idea, el último rasguño de la pasión se ha borrado; sin embargo de otra forma no serías parte de mi pensamiento, entonces ¿por qué no puedo alcanzar el calor de tu piel? Ignoro en qué lugar del mundo te encuentres, aunque estoy seguro que cuando mis dedos rocen tu recuerdo, el estremecimiento que sientas borrará los años y entonces te harás real. Entonces ya no te querrás marchar.

No hay comentarios: