martes, 6 de noviembre de 2007
Las abejas muertas
La última vez estaban en una iglesia donde se habían refugiado. Un pequeño inconveniente de los rezos es que no blindan contra las balas. Así fueron cayendo, de rodillas al piso, niños, adolescentes, mujeres –algunas embarazadas– y hombres, 45 en total. Hoy, casi diez años después, sus rostros tzotziles miran desde las paredes aún sin comprender qué pasó aquel lunes 22 de diciembre de 1997. Las plegarias en Acteal, municipio de Chenalhó, Chiapas, fueron rotas a las 10:30 de la mañana por casi un centenar de 'paramilitares' –término muy relacionado con la impunidad de pequeños ejércitos caciquiles tolerados por el gobierno– de la organización priísta Máscara Roja, quienes durante seis horas y media atacaron con machetes y dispararon a miembros del grupo comunitario Las Abejas, simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Policías que estaban a 200 metros no hicieron nada por impedirlo. Muchos funcionarios tampoco. Del ejército se dijo que incluso varios soldados participaron. La indignación aún está en el aire, y muchos de los responsables se pasean muy a gusto en este México en el que los muertos son los autores materiales e intelectuales de sus propios crímenes, según dictamina la prostituida señora Justicia. Sin embargo siempre queda la esperanza: ya les caerán los enjambres de fantasmales abejas a los violadores de derechos humanos.
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